La gestión de la calidad es fundamental en las empresas de hoy. Y, para llevarla de manera óptima, es imprescindible tener claros principalmente tres aspectos: la misión, la visión y los valores de la propia empresa. Estos pueden definirse como el conjunto de argumentos que responden a tres preguntas: quiénes somos, quiénes deseamos ser y qué valores tenemos para conseguirlo. Vamos a profundizar en ello.

Misión, visión y valores de la empresa

En realidad, todos estos aspectos conforman el conjunto de valores de la empresa. Es decir, la filosofía por la que se rige en su actividad y que tanto directivos como empleados deben conocer. Pero, para analizarlos mejor, vamos a separarlos.

1.- Misión de la empresa en el mundo de los negocios

La misión responde a la primera de las preguntas que mencionábamos: «¿Quiénes somos?». Consiste en una declaración escrita donde figuran sus principios corporativos. Es decir, cuáles son su razón de ser y su objetivo primordial. Debe ser única, puesto que nada se gana con copiar los de otra entidad.

Profundizando en ello, la misión de la empresa tiene que definir cuestiones como a qué se dedica y cuál es su actividad, cómo lo hace y cuál es su propuesta de valor. Adicionalmente, pueden incluirse aspectos como a qué público se dirige y, sobre todo, cuáles son los rasgos que la distinguen de la competencia.

Tener claras todas estas cuestiones es básico para que la empresa triunfe en el mundo de los negocios de hoy. Y todas estas respuestas deben ser perfectamente asumidas tanto por los directivos como por los empleados.

La misión de la empresa es considerada por expertos como Philip Kotler y Gary Armstrong en su libro Marketing de 2004 como «un elemento básico de la planificación estratégica». Además, es un gran elemento de inspiración para los trabajadores, ya que responde a la siguiente pregunta individual de cada uno de ellos: «¿Cuál es el valor de mi trabajo aquí?».

2.- Visión de la empresa

La visión debe responder a la pregunta ya citada: «¿Quiénes deseamos ser?». Por tanto, si la anterior era una declaración de intenciones, esta debe responder, más bien, al lugar donde aspira a llegar la empresa. Es decir que consiste en plantearse cómo se quiere que sea en el futuro.

No obstante, para que la visión cumpla su objetivo, debe ser realista y fijarse metas alcanzables. Pero no por ello tiene que dejar de ser motivadora para empleados y directivos. Así, la visión ayuda a que todos juntos caminen hacia la meta prefijada. También ayuda a los segundos en la toma de decisiones complejas, puesto que saben a dónde quieren llegar. Y, respecto a los primeros, contribuye a que desempeñen sus tareas diarias, pues tienen claro que da frutos y que repercutirá en la consecución de logros a largo plazo.

Según Fleitman Jack en su obra Negocios exitosos, la visión contribuye a mejorar el crecimiento y la competitividad de las empresas. Pero no debe plantearse a largo plazo, sino en periodos de entre dos y cuatro años. Además, debe ser flexible en función de cómo evolucione la empresa.

3.- Valores de la empresa

Finalmente, los valores de la empresa son el tercer elemento de la gestión de la calidad, pero no por ello menos importantes. Podrían definirse como los principios éticos por los que se rige. Pero no basta con enumerarlos o dejarlos por escrito.

Deben guiar la toma de decisiones de los directivos y todas las acciones que emprenda el negocio. Por ello, es fundamental que todos los empleados también tengan asumidos los valores para que actúen siempre en función de ellos. Estos valores son de varios tipos:

  • Valores sociales: bajo este epígrafe se incluyen tanto el bienestar de los trabajadores como la preocupación por el medio ambiente o la cooperación.
  • Valores de desarrollo: determinan la implicación de la empresa en aspectos como la innovación y la mejora continua.
  • Valores aplicados a las dinámicas de trabajo: tienen que ver con la excelencia y la eficacia laboral.
  • Valores de atención al cliente: se centran en brindar el mejor servicio para satisfacer las necesidades de los clientes.

Podríamos decir que estos valores son las columnas que sustentan la identidad de una empresa. La que carezca de ellos dará imagen de oportunismo y falta de ética. Por el contrario, aquella que se preocupe de darlos a conocer y los respete escrupulosamente, tendrá mucho camino ganado.

Actualmente, todas las grandes compañías mercantiles del mundo tienen bien definidos sus valores. Por poner solo dos ejemplos, una conocida marca de bebidas se inspira en la diferencia y en refrescar al mundo. Y una popular ONG se basa en la no violencia.

En conclusión, la gestión de calidad de las empresas se basa en su misión, visión y valores. Si quieres que la tuya funcione bien, debes contar con estos principios. Pero, si no sabes muy bien cómo definirlos, en Qualiman recibirás toda la ayuda que necesites y además con asesoría gratuita para que sepas en qué punto se halla tu negocio.